Vivir en una masía es sinónimo de tranquilidad que proporciona el entorno en el que se encuentre nuestra finca. Es la mejor manera de poder disfrutar de un entorno natural, de entretenernos cuidando nuestro propio jardín, de pasear por nuestro bosque o de sentirnos satisfechos de nuestros cultivos. La interacción con el medio es totalmente distinta si la comparamos con una vivienda urbana porque lo primero que escuchamos no es el ruido de los coches sino el canto de los pájaros.
La tranquilidad del mundo rústico
Una tranquilidad que la proporciona también la mayor distancia entre vecinos. Actualmente las ciudades son concentraciones de edificaciones, cemento en cada metro cuadrado que pisamos y con una inmensa concentración de personas rodeadas de un inmenso ruido que no descansa nunca. Éstas crecieron a partir de pueblos, como los grandes pueblos que conocemos ahora, pero aún ligadas a un entorno natural al que se accedía rápidamente. Su crecimiento las ha ido alejando paulatinamente del medio hasta abandonarlo por completo a cambio de estrés, contaminación y prisas para todo.
Pero el ser humano no ha dejado de ser un “animal” más que tenía su hábitat en la naturaleza y que cuando se reencuentra con él se siente reconfortado y en paz. Y cada vez son más las personas que se dan cuenta que este entorno de asfalto, cemento y ruido son la causa del estrés que padecen y que vivir así no es tener calidad de vida.
Además, cada casa rural tiene su espacio y las relaciones humanas, al no estar sujetas al ajetreo de las ciudades -horas punta, aglomeraciones, tráfico, etc.- son, por norma general, más empáticas y colaborativas. El entorno en espacios rústicos es más agradable y reconfortante y eso repercute directamente en nuestra salud física y mental.
La búsqueda de calidad de vida ha cambiado con el COVID 19
La calidad de vida se puede valorar de muchas maneras y no es para todo el mundo igual, aunque cada vez hay más gente y familias para los que la calidad de vida significa vivir sin masificaciones e integrados con el entorno natural. Y un detonante de esta percepción es sin duda la actual crisis sanitaria y el COVID 19. Ahora más que nunca se está acentuando la necesidad de vivir en el campo, vivir rodeado de naturaleza, con espacio vital y sin grandes aglomeraciones de personas.
Por este motivo, en muchos de nuestros blogs saldrá el concepto de calidad de vida, ya que es un aspecto fundamental que interviene en el cambio de vida de muchas personas y familias que ven en el modo de vida rústico, natural y original, una manera de volver a tener una buena salud física y mental.
Quizá nos encontramos en el inicio de un regreso a nuestros orígenes. Esos que abandonamos durante la Revolución Industrial pero con las ventajas, eso sí, que las nuevas tecnologías de la información y el actual desarrollo tecnológico que nos brinda la actualidad.
Quizá es el momento de unirse al Regreso Rústico? No?